En muchas ocasiones, nos sorprende conocer otros aspectos de la vida de quienes que nos rodean. Puede que, de repente, te parezca que no conocías a esa persona tanto como esperabas. Tendemos a hacer valoraciones, juicios, porque catalogar nos hace sentir seguros; pero también nos impide darnos la oportunidad de conocer una realidad más amplia, por el simple hecho de que no nos encaja. Y en el fondo ¿por qué poner topes a la vida?
Este breve microrrelato te cuenta una sorprendente cotidianidad.
Amor al riesgo
¡Acelera! Toma el pulso a la
Harley ¡Tiembla mundo! En otra ocasión salta de un puente y
cuando es inevitable, la salva el arnés. Al pie de un acantilado roba secretos
al coral, o baja cual araña, del vientre de un avión: un, dos, tres ¡tira de la
argolla! Todo se rinde a sus pies. Es la
respiración que se corta, la sangre agolpada en la cabeza… La vida vale más
llevada al límite. Al comenzar la semana, se coloca sus gafas y se sienta tras
el mostrador bajo una luz artificial-“Ssss... Estamos en una biblioteca, señores – .El lunes nunca se arriesga.
Texto e ilustración son © 2023, María Auxiliadora Martínez Ruiz.
Music by BackgrounMusicAO
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